EL CLIMAX: RECUPERANDO EL ESPACIO COLONIZADO
Hay
un balance muy poco prometedor entre la disposición de personas de un género u
otro para satisfacer equitativamente. Abrir temas de quién realmente tiene un
verdadero feedback con su compañero es muy subjetivo además que difiere durante
los años de relación o sencillamente por las edades o estilo de vida, lo que
realmente implica una respuesta más amplia es los beneficios que trae el
espectro de un orgasmo sin importar la edad o la frecuencia.
Reconocer
tu cuerpo en realidad es una de las cosas más difíciles que tiene el humano, el
entendimiento de cada una de sus partes solo lo hace libre si es portador de consentir
cada uno de sus desgastes, bultos, todos sus vellos púbicos. En fin, todo lo que
el otro chico, chica, chique por increíble que parezca no ha detallado ni va a
saber que existe a menos que le digas.
Desde el estallido de la revolución sexual se han
hecho evidentes varios estudios sobre los beneficios de tener sexo de forma
regular, de cómo esto puede combatir el estrés o aliviar el dolor. También hay mejor
información acerca de que los orgasmos femeninos son geniales, de cómo
producirlos y hasta cuantos tipos de orgasmos hay, (que por si fuera poco son ¡15!).
Sin
embargo, una forma en la que toda esta información no me cuadra es que cuando
vas de un lado a otro y te das cuenta de la cantidad de personas insatisfechas
sexualmente es mucha, y que en realidad no es por la cantidad de parejas
sexuales que pueden llegar a ver en su vida. Si no por poca o casi nula anticipación
para fortalecer su comunicación con otros acerca de sus gustos sexuales.
Una
inmersión profunda en la cantidad y tipos de orgasmos que solo hay en las
mujeres arrojaron resultados como que los periodos refractarios, (Es decir el
tiempo de espera para un segundo asalto), en los que los hombres requieren un
break, es significativamente menor. Aquí rompemos los obstáculos, también que además
de tener 14 tipos de orgasmos regulares de forma vaginal que logran desplazar
el impacto hasta otras partes erógenas, existe un décimo quinto que es el “Megagasmo”.
Este
descrito por Anne Holmes en el libro Don´t Hold My Head Down, lo
describe como una ruptura de todo el cuerpo, "Llegas al nirvana de las emociones
reprimidas y las liberas en un grito inconsciente de tu cuerpo y tu cabeza. Tu cuerpo
es una batería en la que cada vena se siente un circuito por el que fluye energía”
Muchos factores van a determinar la posibilidad de
tener un orgasmo, pero seamos inteligentes y subestimemos al otro en un terreno
donde somos expertos, probablemente no lo volvamos el puto amo en la cama, pero
va a ser mucho más entretenido. Intervengamos y establezcamos algunos puntos de
acuerdo, si hay sexo oral que sea mutuo, que te pongan más lubricante o si te
estas cayendo de la cama, ¡dilo!
Creo que es lo mínimo para iniciar dentro de la lingüística
de tener sexo, en realidad la mayoría de las mujeres buscan la masturbación para
llegar al orgasmo y esto también en el lenguaje coloquial se vuelve casi humillante
en una relación heterosexual. Mover esto del imaginario masculino seria increíble,
pero vamos por partes; porque evidenciar esto nos permite evidenciar que
nuestro cuerpo existe y no está solo para dar.
Esto y muchas son las razones por las que se debe
compartir información entre la pareja o por lo menos desde la posición de quien
quiere recibir placer. El hacer entender al otro que su posición como “caballero”
o “caballota” se abandona cuando esta en un momento en el que son dos cuerpos
con diferencias anatómicas, pero con libertades en equidad para satisfacerse
mutuamente.
Por esta razón para finalizar como autora de esta publicación
les recomendaría que autogestionen su placer, disminuyan las mentiras, no sirve
de nada tener ocho millones de nervios en una tetilla que sale de tu vagina
para que nadie le use y después le echemos la culpa al que esta en frente. ¡Decide
que es lo que quieres y dilo! Integra tu papel y hazlo como se te de la gana.
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